LA BOLSITA

12 noviembre 2009 a las 18:38 | Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

“¿Sabés que llevo acá? Dolor, hambre, soledad, desamor, frustración…”, fue la respuesta de una joven que esgrimía una bolsa con droga a un notero de televisión.

El querido amigo que me contaba este episodio estaba impactado por la claridad de la respuesta y el dolor de la verdad. Como dice la canción Los niños del olvido de Víctor Heredia y Vera Vargas: “El niño se inventa con pegamento un hogar, esquivando la balas que buscan su corazón…”

Niños que viven en las calles, como los que relata Fito Paez en 11 y 6 y, años después, en El chico de la tapa; una historia dolorosa inspirada en los mismos nenes que conmovieron a Don Horacio Ferrer y Astor Piazzolla para componer Chiquilín de Bachín: dame un ramo de vos, así salgo a vender mis miserias en flor”… Apenas 100 metros separan lo que fuera Bachín del bar La Paz, pero esa distancia se transforma en una eternidad de dolor para esos corazoncitos. Como don Armando Tejada Gómez describiera, A esta hora exactamente hay un niño en la calle Es honra de los hombres proteger a lo que crece, colocar una estrella en el sitio del hambre, sino todo es absurdo… No debe andar la vida recién nacida presa, porque sino el corazón es apenas una mala palabra… Pobre el que olvida que hay un niño en la calle; el amor se ha perdido con un niño en la calle”.

Esos niños que limpian tu parabrisas, para que los veas, son vidas en riesgo de muerte. Indefensas ante los lobos que los capturan con drogas para hacerlos olvidar del hambre y la soledad y, para que cuando crezcan, atrapados ya por esas adicciones, sean usados como armas. Verdugos inocentes dirigidos por impíos que solo buscan sus objetivos, señores ponderados en la tierra pero detestados en el cielo.

Abuelos postergados, hombres desocupados o con magros salarios, la educación desigual entre diferentes niveles de la sociedad, perseguidos, emigrantes del dolor y violados de múltiples formas, completan el horroroso cuadro de la violencia.

Venas abiertas que, según nos muestra Eduardo Galeano, siguen sangrando.

 

http://ccnv.org/secciones/en_vivo/RNV/

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